Friday, December 07, 2012

M o s c a




¿Cuántas veces no he escuchado la expresión, “Me gustaría ser una mosca para (usted inserta el resto”? En mi oficina, que consiste de una media ventana, una puerta pesada de madera, y dos paredes de pintura blanca pálida, vi una mosca quieta, colocada en buena posición de espía. ¿Quien será aquella persona que en otra vida previa dijo que quería ser mosca, para ver a, entre todas las personas interesantes del mundo, a mi? Yo que me paso la gran mayoría del día en la oficina lidiando con arquitectos y contratistas incompetentes, sea por teléfono o por cadenas de emails.

No se cuantos ojos tiene una mosca, pero son mas de los que tengo que usar con lentes para ver bien. ¿Qué habrá de interés para aquella mosca? Hasta el desperdicio en el tacho consiste en papeles y nada orgánico que le sirva para llenar su panza. ¿Será de lo aburrido que soy se habrá quedado dormida en la pared? ¿Será que viendo el horror monótono se habrá quedado momificada? ¿se preguntara la mosca: yo di mi vida como ser humano para terminar como una mosca de pared y ni siquiera gozar de comida podrida, tan solo para permanecer encerrada en una oficina que bajo otra lupa se clasificaría como una cárcel?

Sigo buscando a la mosca que se habrá mudado a otro espacio dentro de la oficina y le advierto que enrollaría el periódico para darle una buena aplastada. Pero no la molesto, con tal que no se me acerque a la vista o los oídos. Supongo que la mosca se quejara del aseo que existe en los baños modernos, donde aparatos te limpian adelante y atrás, y te secan con aire, en vez de usar papel higiénico. No se si la mosca preferiría estar radicando junto a una tubería abierta de desagüe, que de por medio de su trompa bebe y come a su antojo las 24 horas del día y tiene la posibilidad de reventar su barriga. Se me cruzó en la mente si hay moscas doctores que les diga a sus pacientes: para de ir al inodoro de la Señora Hermelinda, límpiate las patas antes de metértelas en trompa y bebe virus líquido de la cazuela de bacalao antes de las nueve de la mañana y llámame al día siguiente.

Pobre mosca no busca la notoriedad, como el dueño de la pizzería que se quejó de que todo lo que uno dice y hace ahora se postula en Facebook. Le dije que por mi cuenta no tengo un solo amigo para tener cuenta en Facebook o Twitter, así que su secreto o conversación se quedará en la catacumba. Lamento hacer la conexión entre todas las malas noticias que leo y las moscas que nos empañan la vista de lo bello que si existe entre nosotros, si tan solo hacemos el intento de ignorar el zumbido en los oídos.



Escrito por Dirk Wojtczack Vecilla, diciembre 7, 2012

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