En blanco
Como escribo tanta poesía, o lo que en mi mente se clasificaría de tal forma, y no me interesa leerla después, me pregunto porque? Será porque escribir algo en papel, ahora en el Internet, deja una huella permanente de la existencia, de los momentos. Aquellos versos que se convierten en si confesiones personales, que muy pocos leerán, y podrán preservarse como secretos, aun estando impresos para todos ver como ropa tendida.
No escribo poesía para declamar, o para hacerme famoso. Lo hago como terapia, el psicólogo mas barato del mundo se ha convertido en este pedazo de papel que graba toda locura que sale de los lápices. No tengo habilidad para salir al público, prepararme, presentarme y explicar poemas. Pero si intento cuando toque.
Todo lo que he escrito arriba lo hecho con la pantalla del monitor enfrente de la gente, en la Baldwin Public Library, como un exhibionista en la playa sin ninguna inhibición; será que no me importa que la gente se acerque y trate de leer lo que estoy escribiendo. No creo que podrán, pues es en español cuando todos alrededor hablan ingles. Pudiera estar escribiendo secretos del gobierno o chismes de la familia, y nadie entendería un comino de lo que he escrito. He dejado poemas escritos en la cafetería de Starbucks para ser re-usados como filtros de café, pero nadie me ha dicho a qué sabe ese café Wojtczack. He obsequiado mis libros de poemas en bibliotecas públicas y hasta la fecha presente, nadie me ha dado un comentario; ya estoy acostumbrado. De todos mis males, este es el menor, así que no me quejo. Aunque estos poemas tuvieran la veracidad de ser escritos con tinta de sangre, no tendrían ningún impacto, cuando en realidad la misma sangre de la gente se usa como moneda barata y se atropella la vida como trapos en la calle.
Fotos, café, poemas, prosa, el sabor del día. ¿Cómo dijiste que te llamas?
Escrito por Dirk Wojtczack Vecilla, Octubre 23, 2010, en Baldwin Public Library
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