Tuesday, October 11, 2011

Ametralladora preguntona




¿Qué haces ahora? ¿Qué has hecho? ¿Harás? ¿Será la mentalidad alemana en las entrañas que me pone a pensar en términos de una vida productiva? ? Acaso somos maquinas naturales creadas para laborar desde que nacemos hasta no rendir una gota mas de toronja, lo que nos convertimos una vez amargados?



¿De donde proviene esa llama que me dirige a ser más que un simple consumidor? ¿Podremos de verdad, en alguna ocasión, producir más de lo que desechamos? Y si es así, entonces de verdad estamos agotando los recursos de la tierra. No todo es a simple vista, no como ver la destrucción de una ciudad por causas naturales o por medio de la mano malévola humana. ¿Qué tanto se demora un árbol antes de ser procesado a ser muebles o cajas de papel de fotocopia? Se sabe que no se puede sembrar un mueble y por igual el aserrín del suelo.



¿Por qué es que no me siento bien si no llego cansado a la cama al fin del día? ¿Porqué es que tengo ese sentido de culpabilidad por tan solo existir, consumir oxigeno, de ser inservible como un pedazo de roca? Estos fantasmas y sus voces no cesan en reclamar todo lo que he consumido y tabulan las cuentas, y el saldo siempre es el mismo – en rojo.



Todos los lunes y jueves, cuando pasa el camión de la basura a recoger la basura, la mayoría de si misma consiste en volúmenes de cartón, envases protectores a los productos comerciales, y bien poco de la basura consiste en materia orgánica, desperdicios que nutrirán a gusanos y bacteria que forman parte del ciclo natural de nuestra existencia.



¿Y que hago sobre la contaminación fluvial o ambiental? Me tapo la nariz para no oler, o cierro los ojos para pretender que todo sigue igual. Algún sentido de responsabilidad, de contabilidad como consumidores de los recursos naturales. ¿Cuántas generaciones de la misma semilla puede alimentar a una ciudad?



¿Cómo deshacemos de las hormonas inyectadas al ganado de nuestro cuerpo para no terminar como vacas infladas? ¿Cuántas veces nos preguntamos, cómo es que nos engordamos con lo poco sano que se come? Lo siento, las lombrices también tienen hambre y de alguna manera terminaran gordas. ¿Por qué no mudamos los pueblos a sitios en la tierra donde no se tenga que mantener calefacción o aire acondicionado en temporadas opuestas? Como siempre, el que no tiene, quiere tener; y el que tiene, quiere tener más. Avaricia, codicia, lujuria, gula, egoísmo, ¿qué digo? ¿Qué hago?



No preguntes, Juanito Preguntón.



Escrito por Dirk Wojtczack Vecilla, Julio 14, 2011, en Baldwin Public Library.





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