Saturday, August 11, 2012

Mareos


Siete de la tarde, Martes, 17 de Julio de 2012. Me siento mareado y no sé porque. Será que me falta oxigeno atravesando al cerebro y ese desbalance causa una falla que no me deja ubicarme bien. No he bebido nada alcohólico, solamente la taza de café con azúcar, que tomo casi todas las tardes. Será el calor sobre 90 grados Fahrenheit que me tienen agobiado y eso que estoy bien hidratado (pero no tanto para no ir tanto al baño cuando estoy en la carretera todo el día). Será el cansancio después de un largo día, pero no tanto como los obreros latinos que vi esta mañana trabajando en un techo, bajo el calor infernal de la temporada veraniega en Long Island.

¿Qué me pasa? Estoy mareado y sigo mareado. Usualmente el mareo es pasajero, como el timbre que escucho en el oído derecho, o el dolor en la rodilla derecha. Será coincidencia los dolores o achaques que siento en el lado derecho del cuerpo. A ver, si me pongo a pensar: ¿de qué lado del cerebro siento el mareo?

¿Y que hago mientras el mareo se divierte con mi mente, mi estabilidad física, mi visión? Escribo. ¿Y porqué escribo? Será que escribir se puede hace en cualquier estado, ebrio o borracho, mareado o estúpido. ¿Consideraré que escribir por escribir es un desperdicio de tiempo? No tanto como estar horas en Facebook o Twitter, aunque no tengo cuentas en ninguna. Pero si desperdicio tiempo en el internet siempre chequeando las últimas noticias en varios periódicos de interés personal: New York Times, Daily News de NY, NY Post, El Espectador de Colombia, El Universo de Guayaquil. Antes desperdiciaba tiempo en paginas de poesía, donde postulábamos poemas y esperábamos con ansiedad a comentarios o critica, positiva y negativa. No sé a donde se fueron aquellos poetas: serán famosos y yo permanezco anónimo. Ahora ni poemas escribo, pero lo que llamo cuartillas y la reacción en los sitios que he postulado han sido abismos de silencio. Consolación me da pensar que pintores nunca escuchan los comentarios de los visitantes (a menos que estén presentes en una exhibición anunciada). También me da consolación en pensar que en unos minutos termino un poema, mientras un pintor pasa horas y horas, para quizás recibir el mismo número de comentarios u observaciones.

En otras ocasiones el mareo me ha acompañado, como en la playa después de que las olas del mar me han tumbado y castigado por intentar de torearlas con mi tabla amarilla. Seria curioso leer lo que la biología o fisionomía explica sobre los acontecimientos dentro del cerebro que dan a uno esa sensación de mareo. Y pensar que millones de personas todos los días ingieren materia liquida en su sistema para lograr aquella sensación del mareo. Estoy tan mareado de todos estos mareos, que me voy a descansar y no me voy a quejar de los achaques que vienen con la edad o del maldito calor.

Escrito por Dirk Wojtczack Vecilla, Julio 17, 2012, Baldwin Public Library.



0 Comments:

Post a Comment

<< Home