Thursday, July 14, 2011

Acelerador



¿Cómo me gustaría escribir tan rápido como pienso? ¿Cómo me gustaría hablar, con sentido y lógica, tan rápido como pienso? ¿Cómo me gustaría hacer cosas tan rápido en la vida real tan rápido como las pienso? Incluso mientras escribo esto, tengo dificultad en redactar, mandar el mensaje del cerebro por el sistema nervioso hasta que lleguen a la punta de los dedos, y que las palabras, letras, salgan en orden correcto. Esto se ha convertido en una ansiedad, escribir a la velocidad del pensamiento; que frustración para las palabras que se estancan bajo el control del orden, el proceso del cerebro que controla todo. Como me gustaría al mismo tiempo, con el puño cerrado, darle un golpe al teclado. Pero eso seria contra-producente. La mente se me inunda de palabras que quieren salir sobre el dique e inundar la superficie de este papel, esta pantalla, con pensamientos, ideas, energía, que me brota de una sola.



Pobre mente, y pensar que un día en el futuro, me quedaré con los reflejos tan lentos, que hasta un vegetal y una roca se reirán de mi torpeza. Algo me está pasando últimamente, no se que será, si será simplemente distracciones comunes, o distracciones que vienen como ante-avisos de la mente, anuncios de una parálisis eminente, como la demencia o Alzheimers.



A veces me doy cuenta que mientras estoy conduciendo, que por un micro-segundo, olvido a donde estoy o donde voy. Me preocupa que ese micro-segundo aumente en duración y siga conduciendo sin propósito. También, cuando subo o bajo las escaleras, muevo las piernas por los escalones sin pensar, y el pensamiento me hace preguntar el propósito de los pasos. Y estos lapsos no se deben a que estoy tomando medicaciones, o el polen en la temporada de primavera, o el alcohol nadando por las venas, o la ira de una frustración nublando todo concepto cognitivo.



Habrá que analizar el deseo de escribir, como el porqué de esa necesidad de descargar lo que me venga a la mente. ¿Para que? ¿Para quién? Y será el estado narciso que no me permite leer a otros autores, sino a unos tan cortos segundos antes de cerrarles las páginas hasta nunca. Seré correspondido con la misma moneda, porque cada escritor será narciso. Yo me quiero. Tú me quieres. El/ ella me quiere. Ustedes me quieren. Amor, amar a si mismo, vanidad de todas vanidades, no como la revista femenina, sino del conocido proverbio popular.



Debo reconocer por lo menos que escribo más rápido con teclado que manuscrito, aunque de ambos modos, el pulso, la muñeca, controlan todo movimiento mecánico. En alguna parte del mundo, habrán científicos conectando el cerebro con una maquina que reconoce, ordena, y concretiza los pensamientos en oraciones, frases, con sentido. Todo empieza con torpeza, antes de refinar el proceso que después viene como segunda naturaleza. Respira. Piensa. Escribe. Repite. Parece que el impulso de escribir venció a las ganas de renunciar a escribir antes que viniera a sentarme frente a éste monitor.



Escrito por Dirk Wojtczack Vecilla, mayo 6, 2011, en Baldwin Public Library.

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