Tuesday, April 12, 2011

Gráficos No Por



Y creí que no era posible, pero una tarde aburrida de cualquier día es mas larga cuando uno recorre la supercarretera cibernética y llega hasta el fin sin salida, y darse cuenta que todavía existe ese vacío que uno busca detrás la pantalla del ordenador. Todo a su tiempo, en su orden. Todo lo que viene fácil, fácil desaparece, y este mensaje va a unas muchachitas que quieren vender su cuerpo a servicios pornográficos con tan solo ganar un poco en el mercader de la carne. Se conocen las estadísticas que una onza de carne femenina en el mercado negro vale más que una onza de oro o platino. Estas muchachitas que vi el otro día en la tele me dejaron atónitos, no por la falta de moralidad o decencia o propio estima (evidentemente ni saben que significa), sino por la ingenuidad de creer que ellas serian las primeras, las únicas, las exclusivas del mundo porno, cuando la industria porno las usa y escupe mas rápido que flema de un ronco borracho. Estas muchachitas son tan ingenuas que creen que pueden sostenerse por el resto de su vida dedicándose al servicio donde no importa nombres, edades, enfermedades, gustos; un mundo donde el anonimato y la oscuridad del alma conjugan una miseria perdurable. Con tanta pornografía que se consigue gratis, quien paga hoy en día lo hace por debilidad. Hasta los jóvenes de hoy consiguen pornografía con una facilidad nunca antes conocida. En los viejos tiempos, todo era por medio de revistas de quinta mano (y se sabe bien donde terminan esas manos). Aquellas revistas también se las encontraba tiradas al costado de la carretera, en los montes, solares vacíos – unas con las paginas pegadas por obvios motivos. Adiós a los días cuando los caballeros pagaban por una revista Playboy, Penthouse, Hustler, cuando ahora por medio de cualquier búsqueda, uno da con un millar de resultados e imágenes. La revista semanal, New York, recién describió la función entre el Internet y los proveedores de la pornografía, y que no debe sorprendernos que grande la organización global genere tanta ganancia para unos pocos en control. Pocos se preguntaran sobre las circunstancias del porqué estas jóvenes terminan grabadas en estas imágenes. Pobreza, ignorancia, necesidad, engaños, despechos, raptos, esclavitud moderna, curiosidad, aventura, avaricia, hogares rotos, etc. Muchos varones antes de llegar a cumplir 25 años de edad ven más vaginas que un ginecólogo en toda su vida profesional. Por un lado, y disculpen la crudeza, mejor que un muchacho tenga un buen pajazo ante que traer a otro ser no deseado a este mundo y dejar la vida de dos personas en un caos total. Esa misma facilidad que los muchachos obtienen estas imágenes, dan la falsa impresión que en la vida real las chicas son así, y cuando no sucede de tal forma – viene la violencia, la agresión; se pierde la sensación al orden social, el rol de lo correcto y lo equivocado. Otra vez que termino escribiendo algo que no tenía en mente, pero salí desviado de la supercarretera cibernética y estrellé en el callejón sin salida analizando la geometría y simetría perfecta de una flor de primavera.


Escrito por Dirk Wojtczack Vecilla, Marzo 4, 2011, en Baldwin Public Library.

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