Friday, December 17, 2010

Década Cero Cero


Buenos días, buenas noches. Feliz año nuevo. Feliz milenio nuevo. Feliz década nueva. Goodbye. 10, 9, 8, ...3, 2, 1. Champaña, 12 uvas, 12 monedas, pan de pascua, turrón, besos, abrazos. Adiós a todo eso. Falta un poco más de dos semanas para el inicio de la segunda década del segundo milenio. Repasando la primera década que va por expirar, ¿qué podemos concluir que hemos resuelto? ¿Qué se puede decir que hemos mejorado en la humanidad, en las ramas científicas, médicas, tecnológicas, sociales, ambientales? Un paso adelante, uno atrás para tomar impulso, va a dicho.


¿Escuchamos mejor y hablamos menos? ¿Escribimos más y leemos menos? Siguiendo los principios de Charles Darwin y la evolución de los animales, el animal racional dentro unas generaciones tendrán los dedos pulgares más grandes desarrollados y agiles para el continuo uso de esa maquinita, Blackberry, o cualquiera que sea su marca mañana, Cereza Negra. Cara de libro no es Facebook para el que quiera traducir de las ingles al español, señor, cara de bobo.
Propongo más acción y menos dicción, lo que en el caso de los escritores, la acción de escribir no se puede comparar con la de un jornalero fajándose el lomo todos los días. Más acción y menos pretextos. Menos sillas, asientos, bancas, hamacas, y más movimiento del corazón, por favor. La noche y la muerte son para descansar y recuperarnos. Dejemos una marca permanente para los que vengan después que la historia del hombre moderno fue una de avances concretos, definidos por eventos concretos; no reciclando lo que fue sino lo que parece improbable.


La tradición guayaquileña de prender con gasolina o kerosín a un maniquí de ropa vieja, colmada de aserrín o periódicos, camaretas y petardos, para despedir al año, no la he visto por igual en otra ciudad. Despide un adiós al año viejo; mejor dicho, lárgate. Lárgate del calendario de una vez. Disculpen, por el momento perdí la paciencia. Se va la década de los ceros, y no porque nada sucedió. Pero, ¿para qué repetirlo, cuando cada uno de nosotros somos los historiadores o relatadores de las vivencias, a nuestro modo, con lagrimas saladas de tristeza y alegría?


Tragedias de catastrófica índole: criminales, naturales, políticas, religiosas, premeditadas, inexplicables, etc. Alguien llevará el saldo entre los nacimientos y fallecimientos, unos vienen, otros se van, y los vivientes siguen pendientes de la próxima ola. De ninguna manera el periódico local, la prensa, marcaran en los anexos de la historia, lo que uno ha sentido con el corazón al rojo vivo.


Cada medianoche el año viejo al año pasado, no exageremos con alegría superficial tan solo para decidir el principio de algo positivo. Empieza hoy, empieza ahora mismo y feliz año nuevo para después.



Escrito por Dirk Wojtczack Vecilla, Diciembre 15, 2010.

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