Thursday, January 31, 2013

Poema - Indigente

No por ser indigente quiere decir que no tiene dignidad o cualidades.
No por ser indigente quiere decir que finge pobreza o inestabilidad mental.
No por ser indigente quiere decir que no le importa la apariencia, ni la suya.


No por ser indigente quiere decir que sale a mendigar o limosnear.
No por ser indigente quiere decir que carece fortaleza o carácter.
No por ser indigente quiere decir que no aprecia lo bello de la vida.

No por ser indigente quiere decir que ha olivado sus metas de infancia.
No por ser indigente quiere decir que es drogadicto o alcohólico.
No por ser indigente quiere decir que quiere intimidarlos.


No por ser indigente quiere decir que se ha rendido de la vida.
No por ser indigente quiere decir que no tiene opinión o derechos.
No por ser indigente quiere decir que ha perdido la esperanza.


No por ser indigente quiere decir no tiene pasión o dolor.
No por ser indigente quiere decir que carece de posesiones terrenales.
No por ser indigente quiere decir que es un esclavo o estúpido.


No por ser indigente quiere decir que no habla o piensa.
No por ser indigente quiere decir que pide lastima.
No por ser indigente te invito a que me insultes o escupes o esquives la mirada.


Y todo esto me lo repito cada vez que veo a esta señora de tercera edad todas las mañanas, mientras busca unas botellas vacías para redimir sus cinco centavos. Sus ojos me hablan, y me quedo mudo ante su fortaleza.







Escrito por Dirk Wojtczack Vecilla, enero 31, 2013.

Tuesday, January 08, 2013

CUARTILLA – ENERO 2013



Supongo que los fines de año traen melancolía con la acumulación de recuerdos, memorias, eventos, noticias, etc. En el año entrante, 2013, voy a cumplir medio siglo de vida. No sé que se supone debo sentir; si mas achacoso, mas critico o cínico de la vida, o más tranquilo o apaciguado, como que nada me importa. Tenía planeado, y puede que todavía se cumpla, un viaje a la ciudad de mí natalicio, Santa Fe De Bogotá, Colombia.



Hace unos veinte años fui viajando como nómada, con una mochila y un libro guía, Lonely Planet, que contenía información básica y vital de las mayores ciudades de cualquier país. Fui con una mochila y sin agenda, por varias ciudades de Costa Rica, Honduras, Colombia, Chile, Argentina, Uruguay, Ecuador. Si aclaro que no emprendí el recorrido por estos países en una sola visita, sino meses aparte, siempre regresando para seguir trabajando y acumulando un poco de dinero para amortiguar el costo de estos viajes.



Para emprender estos viajes por sitios desconocidos se requiere un poco de atrevimiento, osadía, estupidez, y al mismo tiempo, ignorancia de infante, para no percatarse de peligros o riesgos. También se requiere una buena condición física, una columna vertebral bien fuerte, un buen par de zapatos y ser adaptable a costumbres, clima, gente, comida, música, etc. Hay que tener una mente bien abierta y flexible a revisar planes al instante.



He tenido la curiosidad de emprender el camino de Santiago de Compostela, desde Francia hasta el final. Pero por lo que se llama “parálisis por análisis”, donde uno piensa demasiado cada detalle hasta que uno queda agobiado con tanta información y termina hacienda nada sino mirar a la pantalla del monitor como lo estoy haciendo en este mismo instante.



Eso si, tengo el pasaporte vigente y con una tarjeta de crédito, en cualquier momento, de un solo impulso, tomar una decisión improvisada, emprender un vuelo con rumbo indefinido, dejar toda maldita y adictiva tecnología hacia detrás y vivir siento cada latido del corazón, e inhalando el aire limpio como se debe hacer en un día soleado.



Cincuenta años y contando. Sino fuera por algunas fotos en blanco y negro, no tendría alguna recolección de donde estuve, qué vestía, cómo me parecía. Obviamente ninguna ciudad se recuerda de sus ciudadanos, por más cívicos que sean, y ninguna ciudad reciproca aquel fervor donde uno llama a la ciudad como suya. Una patada por detrás y te vas por donde vienes. !!!Oh mi patria querida, que me vio nacer, ni siquiera se recuerda de mi, ni yo de ella, con lo tanto que ha cambiado!!!!



Escrito por Dirk Wojtczack Vecilla, diciembre 28, 2012, en Baldwin Public Library.

Wednesday, January 02, 2013

Cuartilla – El Perezoso



Tírame a la piscina y me pondré a nadar. Tírame bajo la cuesta y de alguna manera corregiré la dirección hasta llegar a parar. Aquí estoy en la biblioteca publica de Baldwin, Long Island, usando una de sus computadoras. Aquí me encuentro rodeado de mucha gente que navega el internet. La gente navega el internet según su personalidad y necesidad. Se debe tener mucha confianza en la información divulgada, y casi creer ciegamente. Muy poca, pero muy poca gente de verdad viene a la biblioteca para hacer investigaciones, o compilar datos para un proyecto didáctico – ni siquiera los estudiantes. Todos acostamos el cuello ante la guillotina llamada Google. Toda información personal será pública para la ganancia de la gran corporación Google. Toda la publicidad paga por esta conveniencia que el portador Google acumula y mucho creen que se trata de una entidad magnánima y benévola.



Pero regreso a punto de estar en este cuarto de computadoras, en un espacio bien iluminado, público, donde todos seguimos reglas escritas de qué se puede hacer y cuanto tiempo cada persona puede permanecer usando cada computadora. Una hora, tan solo una hora, pero para mi propósito de escribir una cuartilla es mas que suficiente. Más tarde, en otra computadora mas civilizada, le hago las correcciones gramaticales según mis pocos conocimientos sobre las reglas y normas establecidas por la gran academia real del idioma español. No sé, esta presión del tiempo, de tan solo una hora, me fuerza a escribir lo primero que venga a la mente. También, esa parte psicológica de uno, del exhibicionista y el nerviosismo que genera, son buenos instrumentos para la inspiración creativa (aunque por más que alguien quiera leer lo que he escrito en la pantalla no podrán leer con el Font de 11).



Teniendo acceso a la computadora en la oficina no es lo mismo, no hay presión de tiempo límite, ni de que un extraño pase por detrás, se detenga y lea lo que acabo de escribir. Será que la inspiración de un escritor necesita adrenalina, ya cuando uno ha escrito de casi todo tema, interno y personal. No puedo escribir ficción. No sé, como que no he planeado un complot, los personajes, el sitio donde la ficción tendría evento. Parece demasiado trabajo, pero gracias a otras personas que escriben ficción y que poseen esa imaginación, nadie tundra que depender de mi.



Faltan unos días para completar el año 2012, un buen año acompañado de unas peripecias. Solamente logré escribir a mano el poemario “Poemas Americanos”, que por la pereza todavía están en el cuaderno borrador. En este poemario he tratado captar las imágenes de la América que mis ojos perciben. No se cuando lo hare, pero otro tema de poemas que quisiera escribir serian sobre la gran ciudad de Nueva York, su gente, la cultura, las escenas, lo abstracto. Quizás me anime a finalmente publicar otro poemario que terminé de escribir hace mas de dos años, “Sala de Espera”, para el cual ya he postulado en el internet el prólogo con el mismo nombre. Quizás soy perezoso porque hago mucho, o no hago mucho porque soy perezoso. No se porque estoy cansado si esta tarde tome una siesta.



Escrito por Dirk Wojtczack Vecilla, diciembre 21, 2012, en Baldwin Public Library.