Tuesday, July 26, 2011

Descansa en Paz - Joe Arroyo

Nazco Otra Vez

Cada vez que pienso, nazco otra vez, y cada día muero un poco y no me doy cuenta. Así como que no me doy cuenta cuantos pasos he tomado, cuantas horas el reloj ha marcado y cuantas páginas del calendario han caído. No es posible darse cuenta de todo alrededor uno, pero si lo que se enfrenta. Un colega en la oficina emprende la lucha de su vida, cáncer, la gran maldición de los últimos tiempos. El otro día conocí a un señor con principios de Parkinson. El pudo hacer las cosas rudimentarias, asistió a una conferencia donde él participo, aunque luchó al tratar de ejecutar palabras verbales. En sus ojos vi las ganas de luchar, de seguir, de vencer. Al terminar la conferencia le dije al señor con Parkinson, “que siga adelante, que siga viviendo”, y lo felicité por su espíritu perseverante. No sé las estadísticas mortíferas del Parkinson, pero me imagino que uno pierde todas sus facultades. ¡Que fin, el fin de una vida fructífera!



Ninguno de nosotros estamos exonerados a la muerte y muy pocos puede predecir de que manera uno pateará el balde de la vida. Ni siquiera caminando en un barrio, supuestamente, seguro o de mala facha, la muerte no se anuncia, ni siquiera en la punta de un puñal, o en la punta de una bala dirigida a órganos vitales.



Cada vez que pienso, nazco otra vez. El pensamiento es vida, las penas son vida, la vida es tan compleja como el amor. La vida es tan compleja como tratar de explicar a un menor los principios de montar una bicicleta de dos ruedas. Todos tienen derecho a creer en Dios o no, a creer en milagros o no, y todos merecemos una oportunidad a una vida llena de experiencias, que nos ayuden a vivir los últimos días, los últimos años, dignos y con gracia.



Y a lo que uno va viviendo, vienen oportunidades. No sé porqué a otro colega en mi trabajo le ha dado por tratar de reclutarme para ser un diacono. Practico la religión, pero a mi modo, en mi tiempo, según mi estado de animo y humor. Mi colega dice que ve cualidades para ser un buen diacono. El colega me visita cada dos semanas, y habla por más de media hora en los beneficios que uno siente al ayudar al prójimo. No sé de verdad, nunca pensé en ser diacono y mucho menos sacerdote. Siempre he pensado que soy demasiado imperfecto para cualquier vocación religiosa, aunque si creo en el mas allá, en los poderes abstractos que llamamos Dios. No me veo estudiando unos cuatro años para el titulo de diacono.



Hay gente que ve algo en mí que yo mismo lo logro captar. Hace muchos años, cuando estaba estudiando para el masters de ingeniería civil, el profesor quería que siguiera estudiando para el doctorado. Le dije muy amable, que no gracias, que yo ya no podía abrir otro libro mas y ponerme a estudiar; tenia la cabeza saturada de teorías y formulas, de las cuales, pocas uso hoy en día. Claro que hay personas que solamente ven el potencial de superación, y quizás yo también veo el potencial en la gente por igual y les trato de animar a superarse. Quizás, todos necesitamos ese empujoncito para subir la escalera de la vida.



Escrito por Dirk Wojtczack Vecilla, mayo 20, 2011, en Baldwin Public Library.

Monday, July 25, 2011

Saludo a Jorge Munoz, un angel, un ejemplo de la bondad.

Hago un reconocimiento publico a Jorge Munoz, "Colombia", entre los que acuden a el -



http://www.nytimes.com/2007/11/25/nyregion/thecity/25dinn.html

Saludo al Maestro Luis Soriano, Biblioburro

Buenos dias Maestro Luis Soriano,

Usted me ha conmovido.



Usted ya es un angel entre nosotros, gracias por su labor, dedicacion.



http://www.pbs.org/pov/biblioburro/?gclid=CPLcz4W6nKoCFYRd5QodhBJGyg



Tambien aparece un articulo en el periodico New York Times -
http://www.nytimes.com/2008/10/20/world/americas/20burro.html

Wednesday, July 20, 2011

O T R A V E Z



Clases sociales. Indio. Mestizos. Blanco. Negro. Esclavo. Mulato. Criollo. Comunero. El virrey. Las colonias. Los conquistadores. La Santa iglesia. Sangre sucia. Sangre azul. Sangre pura. Sangre noble. Antonio Nariño. Simón Bolívar. Santa Fe. La Nueva Granada. Subversivos. Rifles. Impuestos, Dadivas. Sirvientes. Y más.



¿Y qué recuerdo de todos los años en la escuela primaria? Nada, absolutamente, nada. Tengo la memoria hecha todo un vacío, ni siquiera polvo. ¿Y porqué menciono todos estos temas? Siempre he entendido el que no sabe sobre la historia, esta previsto a repetir los mismos errores. Y todos los días, entiendo un poco mas como la historia a través el viaje de los tiempos, se repite.



Todo lo que esta sucediendo hoy en día en el medio oriente, se ha vivido antes en sus propios países, nuestros países, y reciclamos la sangre como que si regresa con la marea y la corriente de la vida.



Bien fácil pudiera hacer búsquedas en el Internet, depender que los filtros y algoritmos, pongan en su orden los temas de interés. Si decido buscar, digamos a Simón Bolívar, o Antonio Nariño, o la historia de la Nueva Granada, que encontraré. ¿Qué aprenderé? Volverá a pasar los pensamiento a través las ondas del cerebro para que se borren por medio del peso del olvido. ¿Porqué somos tan brutos, tan burros, para repetir los mismos errores del ayer, a pesar que todo lo sucedido ha tenido testigos y ha quedado grabado y escrito en los anales de la historia mundial?



¿Acaso se tiene que tener revoluciones cada cierto tiempo cuando la complacencia o la opresión no nos da otra alternativa? ¿Acaso el balance siempre tiene que co-existir, entre el bien y el mal, el opresor y el oprimido, el justo y el injusto? ¿Acaso uno no puede encenderse sin gasolina y fósforos? ¿Cuántos sesos más se tendrán que reventar hasta que la humanidad diga, ya basta, ya es suficiente, ya no se puede más? ¿Cuántos litros de sangre se tendrá que derramar sobre las calles para que uno no se ahogue del odio?



No soy idealista, pero si pragmático (aunque antes si era idealista, pero uno aprende). Fácil para mi de abrir la boca y quejarme sin acaparar ninguna consecuencia. Al igual que un rapero que denuncia a la policía teniendo millones de dólares y admiradores apoyándolo económicamente para nunca más volver a trabajar. Fácil denunciar a los Husseins, Castros, Qaddafis, Mugabes desde el cómodo sofá mirando al televisor de alta definición y con el estomago lleno de grasa y manteca. ¿Qué se puede hacer? Muchos hablamos a oídos cerrados. Muchos sentimos para los que ya no tienen piel. ¿Será que muchos andarán con callos en el corazón y el dolor es tan solo una flor marchitada?



Pregunto demasiado. Pregunto y busco respuestas. Ando tanteando, para ver si salgo de la neblina, y a veces tropiezo con lo inesperado. La historia se repite, incluso hasta lo que todavía no se ha escrito y se puede tan solo cambiar el nombre de los importantes personajes del momento.



Escrito por Dirk Wojtczack Vecilla, mayo 13, 2011, en Baldwin Public Library.

Thursday, July 14, 2011

Acelerador



¿Cómo me gustaría escribir tan rápido como pienso? ¿Cómo me gustaría hablar, con sentido y lógica, tan rápido como pienso? ¿Cómo me gustaría hacer cosas tan rápido en la vida real tan rápido como las pienso? Incluso mientras escribo esto, tengo dificultad en redactar, mandar el mensaje del cerebro por el sistema nervioso hasta que lleguen a la punta de los dedos, y que las palabras, letras, salgan en orden correcto. Esto se ha convertido en una ansiedad, escribir a la velocidad del pensamiento; que frustración para las palabras que se estancan bajo el control del orden, el proceso del cerebro que controla todo. Como me gustaría al mismo tiempo, con el puño cerrado, darle un golpe al teclado. Pero eso seria contra-producente. La mente se me inunda de palabras que quieren salir sobre el dique e inundar la superficie de este papel, esta pantalla, con pensamientos, ideas, energía, que me brota de una sola.



Pobre mente, y pensar que un día en el futuro, me quedaré con los reflejos tan lentos, que hasta un vegetal y una roca se reirán de mi torpeza. Algo me está pasando últimamente, no se que será, si será simplemente distracciones comunes, o distracciones que vienen como ante-avisos de la mente, anuncios de una parálisis eminente, como la demencia o Alzheimers.



A veces me doy cuenta que mientras estoy conduciendo, que por un micro-segundo, olvido a donde estoy o donde voy. Me preocupa que ese micro-segundo aumente en duración y siga conduciendo sin propósito. También, cuando subo o bajo las escaleras, muevo las piernas por los escalones sin pensar, y el pensamiento me hace preguntar el propósito de los pasos. Y estos lapsos no se deben a que estoy tomando medicaciones, o el polen en la temporada de primavera, o el alcohol nadando por las venas, o la ira de una frustración nublando todo concepto cognitivo.



Habrá que analizar el deseo de escribir, como el porqué de esa necesidad de descargar lo que me venga a la mente. ¿Para que? ¿Para quién? Y será el estado narciso que no me permite leer a otros autores, sino a unos tan cortos segundos antes de cerrarles las páginas hasta nunca. Seré correspondido con la misma moneda, porque cada escritor será narciso. Yo me quiero. Tú me quieres. El/ ella me quiere. Ustedes me quieren. Amor, amar a si mismo, vanidad de todas vanidades, no como la revista femenina, sino del conocido proverbio popular.



Debo reconocer por lo menos que escribo más rápido con teclado que manuscrito, aunque de ambos modos, el pulso, la muñeca, controlan todo movimiento mecánico. En alguna parte del mundo, habrán científicos conectando el cerebro con una maquina que reconoce, ordena, y concretiza los pensamientos en oraciones, frases, con sentido. Todo empieza con torpeza, antes de refinar el proceso que después viene como segunda naturaleza. Respira. Piensa. Escribe. Repite. Parece que el impulso de escribir venció a las ganas de renunciar a escribir antes que viniera a sentarme frente a éste monitor.



Escrito por Dirk Wojtczack Vecilla, mayo 6, 2011, en Baldwin Public Library.

Thursday, July 07, 2011

¿Qué me importa cara de torta?



No sé, como que pierdo el interés en muchas cosas que en sí son de interés popular. Hace tiempo que no me interesa los deportes profesionales: basketball, béisbol, fútbol, fútbol americano. Solamente si uno de los equipos locales está en las finales de un campeonato, ahí de repente tengo un poco de curiosidad, y muchas veces ni siquiera sé el nombre de los jugadores individuales. Creo que fue desde mis años en la universidad que perdí el interés en deportes profesionales, cuando me pregunté: ¿por qué debe importarme un comino la vida de un atleta multi-millonario cuando a él ni siquiera sabe o le importa de que exista? ¿Para qué gastar tanto tiempo en el sofá o en el estadio siguiendo a un deportista que tan solo me ve desde la distancia como una hormiga entre miles?



Antes también me importaba la política, incluso de joven consideré entrar a la política, pero siendo ciudadano de ningún país, no tenía tantas opciones abiertas. Sí seguía a la política local, y lo que antes consideraba un oficio de respeto e independencia, tan solo se estrelló ante los escándalos de corrupción e ineptitud, para tan solo dejar al poblado en peores condiciones económicas mientras llenando sus cuentas privadas en bancos lejanos. ¿Qué importa de que Bush fue un idiota o que Obama es el primero en su clase, cuando los mismos grupos de influencia tan solo les importa las ganancias en cada cuota trimestral? ¿Qué me importa de que Chávez cambia la constitución a su favor, o si la gente del Medio Oriente se mata a piedras?



¿Qué me importa la poesía de otros, cuando no me llega, no captura la ansiedad o la impaciencia por la inercia en que se vive? Por mas que leo la poesía moderna, nada conecta conmigo – ¿donde están los poetas malditos: Baudelaire, Bukowski, Ginsberg, de la nueva generación? Yo trato de representarlos, pero palabras necias, toscas, crudas caen en el abismo que se esconde detrás la profundidad del espejo narciso. Yo tampoco conecto con mis palabras, la audiencia me ha abandonado y lo peor es que no se adonde se fueron, para por lo menos seguirlos y “fastidiarlos”. Los pocos poetas que atemorizan a sus gobiernos terminan encerrados en calabozos de poca luz o muertos. La poesía debería tener el poder de derrumbar gobiernos, abrir ojos, liberar almas, dar alas para volar, estimular cuerpos y sentidos, y no terminar en las últimas paginas detrás de un crucigrama contestado o un menú de comida rápida china.



Obviamente no me importa lo que no me interesa en el primer lugar, y eso no quiere decir que no tiene carencia en su propio mundo, a diferentes personas totalmente ajenas a mi vida y circunstancias. No nos puede importar todo, por más que pretendamos tener una cordialidad con el vecino o una persona desconocida o el carnicero carismático. De que no me importe los códigos para escribir un programa de computadora no significa que no sea necesario para mi modo de vivir, o si desconozco los últimos datos de la medicina que algún día sea usado para salvarme de una enfermedad terminal. Y de que no me importe algo, no quiere decir que no despierte una remota posibilidad curiosa, porque eso si soy, curioso de todo y todos. La esponja de la curiosidad no se me ha saturado, y cuando llegue el punto, la exprimiré para empezar de nuevo con la misma cara de torta.



Escrito por Dirk Wojtczack Vecilla, Abril 9, 2011, en Baldwin Public Library.


http://blogs.elespectador.com/elmagazin/2011/07/14/que-me-importa-cara-de-torta/